Ilustración por Karina Caro G.
Encontrar trabajo en el extranjero, es uno de los grandes desafíos, si no el mayor, al que nos enfrentamos al migrar. Y cuando esta búsqueda se prolonga por tanto tiempo la pregunta a “¿cuándo va a ser el día que yo finalmente encuentre trabajo en el extranjero?” se vuelve abrumadora. Hoy yo vengo a contarte mi historia y quizás eso encienda una lucecita de esperanza, esa que a veces nos hace falta en el camino para continuar con la convicción de que algún día lo lograremos.
Si al llegar a Dinamarca, alguien me hubiese dicho que tendrían que pasar más de 5 años para que pudiera obtener mi primer trabajo, probablemente hubiese abandonado la misión en ese mismo momento. La vida, como siempre, tenía planes muy diferentes a los que yo me había planteado y en vez de seguir por ese camino derecho hacia la meta (aprender danés y buscar trabajo) me puso en una situación mucho más compleja. Y entre medio de todo llegó la maternidad, un puerperio difícil, la enfermedad de mi esposo y un proceso profundo de terapia.
Miércoles 3 de febrero del 2021, son las 8:30 de la mañana, y yo estoy en el auto, muerta de susto y con la ansiedad a mil. Estamos en plena pandemia y aún no puedo creer que hoy es el día de mi entrevista, porque llevo años esperando este momento. Me queda media hora aún, la Directora del colegio me citó a las 9 y estos últimos 30 minutos han sido los más eternos ever. Esta es mi primera entrevista en inglés, por eso estoy tan nerviosa. Me imagino en las peores situaciones: que la lengua se me va a trabar, que no me va a entender o que yo no voy a entender lo que ella me diga. Me acuerdo de mi amiga, que me recomendó escuchar alguna meditación antes de entrar a la entrevista para calmarme.
Me pongo a respirar mientras escucho la voz que me guía, pero fue peor. Las respiraciones son muy rápidas y la ansiedad me come entera, hace mucho tiempo que no tenía esta sensación en mi cuerpo. Cambio de estrategia, y al final para distraerme realmente de todo, abro “Tik- tok” y funciona.
Son las 8:50, me doy palabras de ánimo para bajarme del auto y me dispongo a buscar la oficina. Mientras espero en el lugar que me dijo la secretaria, la vida me manda una ayudita. Llega una mujer y nos ponemos a conversar, cuando se da cuenta que hablo español me dice con su español de acento danés: “Io también hablou espaniol” (léase con voz gringa). Terminé muerta de la risa hablando con la señora, era muy simpática, me relajé tanto, que me olvidé de la entrevista mientras hablábamos y cuando llegó la directora, y comenzamos la entrevista, yo, era yo otra vez, ya no había miedo ni ansiedad, fui invencible en ese momento y por primera vez en mucho tiempo, me sentí muy orgullosa de mí misma. Repetiría ese día mil veces.

Todo este tiempo esperando, sintiéndome estancada, fue en realidad mi tiempo de maduración, de crecimiento, y me di cuenta de que si hubiese tenido esta misma entrevista hace 3 o hace 2 años, la Claudia que respondía hubiese sido muy diferente. ¡Me faltaba tanto por aprender! Hoy lo veo claro como el agua, antes, simplemente no era mi momento.
Cuando terminó la entrevista, la directora dijo que me daría una respuesta pronto y cuando volví al auto, llamé a mi esposo que en ese momento justo se encontraba por trabajo al otro lado del mundo. Eran las 2 de la mañana para él, pero ahí estaba esperando despierto a que yo lo llamara para contarle como me fue. Al día siguiente en la tarde, recibí un correo con la respuesta que tanto espere: ¡tenía el trabajo! y les juro, que en vez de llorar o gritar de alegría, suspiré.
Suspiré como si me hubiese sacado un peso tremendo de encima, me sentí tan liviana. Ese día lo entendí todo, fue como una de esas cachetadas de la vida. Todo este tiempo esperando, sintiéndome estancada, fue en realidad mi tiempo de maduración, de crecimiento, y me di cuenta de que si hubiese tenido esta misma entrevista hace 3 o hace 2 años, la Claudia que respondía hubiese sido muy diferente. ¡Me faltaba tanto por aprender! Hoy lo veo claro como el agua, antes, simplemente no era mi momento.
Estas últimas palabras son para mi esposo, porque ahora desde la otra vereda, con la seguridad de un trabajo, puedo de corazón darle las gracias por regalarme este tiempo para ser mamá, para perderme y encontrarme mil veces, para sumergirme bien profundo en mis procesos, para criar sin presiones y darme el tiempo de descubrir cuál era la clase de madre que quería ser para mi hijo. Gracias, mi amor por este inmenso regalo.
Hoy puedo mirar para atrás, y ver que finalmente los tiempos de la vida son perfectos, y que si hoy me siento así de plena es gracias a que todo este tiempo estuve “preparándome” para esto, aunque antes nunca haya podido verlo así.
No te preocupes si a los largo de este artículo, has sentido un poco de envidia, tranquila, empatizo totalmente contigo, yo valido ese sentimiento, porque estuve muchas veces ahí. La envidia estaba siempre presente, hacia mi esposo o los amigos que hice en el camino, esos que llevaban menos tiempo que yo y ya tenían un trabajo. Pero no era algo que yo decía abiertamente, me lo guardaba. Así que al menos hoy, leyendo esto, podrás entender que no eres la única, que a todas nos pasa y que no hay que castigarse por sentirse así.
Para finalizar, quiero decirte que si hoy te cuestionas y angustias por saber cuándo llegará tu momento, quédate con esto: Hoy estás esperando que todo lo necesario madure en ti y que sólo en el momento perfecto, cuando ocurran las sincronías de la vida, eso que tanto esperas, ocurrirá. No lo olvides, los tiempos de la vida son PERFECTOS.

4 Comentarios. Dejar nuevo
Bello relato Claudia, que alegría que hayas encontrado trabajo 🙂
Tu relato es una luz de esperanza para quienes estamos aún en esa etapa. Gracias por compartir tu historia.
Hola Viviana,
nos alegra muchísimo saber que el relato de Claudia te gustó y por sobre todo te ayudó. Esa es la idea, apoyarnos y acompañarnos en todo proceso. Te invitamos a seguir nuestro contenido, todos los lunes publicamos un artículo nuevo. Un abrazo grande y éxito en la búsqueda.
Brillante relato, que fortalece.
Gracias!
Hola Samuela, muchísimas gracias por tu comentario, pues es super importante conocer otras experiencias porque con ellas nos vamos fortaleciendo y aprendiendo de ellas para nutrirnos y avanzar. Así que bienvenida a esta tribu que busca apoyarnos y contenernos en nuestra expatriación.
Saludos