Cuando me salieron Alas

Cuando me salieron Alas

Ilustración por Alejandra Aranda.

Hace 7 años atrás ni en sueños me veía viviendo en Austria, además de que no sabía nada de este país, tampoco estaba  en mis planes turistear por aquí, pero la vida me sorprendió y tal  como dice el dicho: “el amor todo lo puede”, eso fue lo que me ocurrió.

 Finalmente fue por amor que terminé viniéndome desde Berlín – país donde hacía mi visa work & holiday- a vivir junto a mi amado, a quien conocí viajando por Europa mientras visitaba a amigos que había hecho en el curso de alemán. Y es  tan sólo al  escribir mi historia, que me doy cuenta de que han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, tanto así que a veces siento como si fueran más años.

Cuando quedé embarazada me salieron alas, me empoderó una fuerza que no conocía hasta ese momento. Sinceramente no pensaba irme a vivir a otro país, pero después de vivir casi un año en Alemania y luego en Austria, me di cuenta que podía darle un mejor futuro a mi hija y más oportunidades de las que existían en mi país de origen.

Debo admitir que luego de mi decisión, así toda fuerte y valiente con el escudo del amor y la fuerza maternal que sentía dentro, de pronto noté que estaba completamente sola, me hacía falta una red de apoyo y mi familia, cosa que olvidé por completo al tener el parto en Alemania y no contar con el soporte emocional y las amigas con hijos que siempre tienen algún consejo o simplemente te pueden ayudar cuando necesitas descansar un poco al ser mamá primeriza.

Esa fuerza poderosa que sentí después del parto como que se disolvió de un día al otro,  y en vez de estar contenta con mi pequeña y mi nuevo hogar en el extranjero, me vi con una depresión post parto que no me esperaba, siendo mamá 24/7 en un país que no conocía muy bien y hablaba muy poco el idioma. Mientras tanto, mi esposo empezaba un trabajo nuevo que consumía casi todo su tiempo, pero nos aseguraba el poder dar a nuestra familia lo que queríamos.

“Fue ahí cuando  entró con fuerza el concepto de tribu a mi vida, esa forma de sociabilizar y crear lazos que data de nuestros antepasados. A pesar de que vivimos cada vez más en un mundo que nos invita a ser más individualistas, la situación mundial nos llevó a buscar la forma de apoyarnos, acompañarnos, y tener gente con quien contar, ya sea de manera virtual o física.”

No voy a decir que me integré de inmediato, porque en realidad me costó. Hasta que un día, luego de mucho pensarlo, decidimos volver a mi país de origen. Finalmente esta opción nos reafirmó la decisión que habíamos tomado algunos años atrás, porque finalmente optamos devolvernos a Austria, ya que comprendimos que donde habíamos decidido vivir con nuestra hija, realmente estábamos muy bien. Lo único que  debíamos encontrar, eran las redes de apoyo, hacer nuevos amigos y organizarnos para que nuestra hija pudiera ver a la familia paterna y materna.

Siento que a pesar de que sufrí mucho emocionalmente en ese período, ahora estoy en una etapa de agradecimiento y de reinvención continua, me adapto a un nuevo lugar y desaprendo para aprender otra vez un nuevo estilo de vida y de cultura. Claramente,  es un proceso largo que requiere de mucha perseverancia, voluntad y amor. Y algo muy importante que he aprendido, es a  enorgullecerse de lo que uno ha logrado, ya sea un nuevo idioma, algún nuevo oficio u otra forma completamente diferente de ganarse la vida a lo que uno antes estaba acostumbrada.

El año pasado cuando comenzó esta situación de pandemia, siento que las expatriadas alrededor del mundo nos sentimos muchas veces agobiadas al saber que no podíamos viajar a ver a nuestros seres queridos, como tampoco poder ir a hacer una clase de yoga a algún estudio para relajarse.  Debido a esto, es que de forma  natural empecé a participar en distintos grupos virtuales de mujeres que como yo, buscaban soporte emocional, hablar de la situación actual o simplemente acompañarse.

Fue ahí cuando  entró con fuerza el concepto de tribu a mi vida, esa forma de sociabilizar y crear lazos que data de nuestros antepasados. A pesar de que vivimos cada vez más en un mundo que nos invita a ser más individualistas, la situación mundial nos llevó a buscar la forma de apoyarnos, acompañarnos, y  tener gente con quien contar, ya sea de manera virtual o física. 

Me hubiese gustado contar con mayor información antes de haber decidido emprender este camino de la expatriación, es por esta razón que me sentí motivada a escribir mi historia y vivencias, porque de alguna manera quiero aportar con mi experiencia a futuras mujeres expatriadas, para que cuando las cosas no salgan como ellas esperaban, no caigan en un pozo de desesperanza y miedo,  como la depresión que a mi me tuvo durante años estancada. Porque al mismo tiempo cada camino que sea tomado con amor y valentía siempre traerá recompensas en la vida, tal como lo leí una vez por ahí y que hoy quiero compartir con ustedes:

“El universo favorece a los valientes. Cuando decidas elevar tu alma a su más alto nivel, la fuerza de tu alma te guiará a un lugar mágico repleto de valiosos tesoros.“ —  Robin S. Sharma 

6 comentarios. Dejar nuevo

  • Ma.Antonieta García Ureta
    mayo 24, 2021 5:53 pm

    Sin duda el hechar raíces y formar familia en el extranjero es para valientes o enamorados.
    Me pasa que aún no formo mi tribu aquí en Brasil y cuando vuelvo a Chile tampoco mi tribu es la misma, es duro y me frustré varias veces, pero sin duda al igual que tú, ahora estoy viviendo la etapa de agradecimiento. Vamos que se puede!

    Responder
    • María Antonieta,
      lo que comentas es super común, a veces uno no se siente ni allá ni de acá, pero creemos que es parte de un proceso de adaptación que para cada persona se vive de manera distinta y con tiempos diferentes. Pero es maravilloso lo que dices, vivir la etapa de gratitud sin duda te brindará la oportunidad de ver las cosas desde otras perspectiva, y ahí encontrarás un mundo nuevo con más oportunidades para aceptar tu día a día. Un abrazo

      Responder
  • Gracias linda por compartir tu experiencia, me gustó leerte
    Yo con mi pequeña en Australia, adaptándome a maternar con mi tribu a la distancia, no fue fácil pero el amor por mi familia es más fuerte y acá estoy con mi pareja amándonos más que nunca y criando a nuestra bebé de 2 meses en nuestro pueblito mágico Nimbin

    Responder
    • Hola Kathy,
      te entendemos perfectamente, ese proceso de adaptación y además siendo madre primeriza, no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Aquí estamos todas para apoyarnos en este proceso de avanzar juntas. Te deseamos toda la suerte del mundo, un abrazo.

      Responder
  • Fran Guzman
    mayo 25, 2021 8:41 pm

    Bellísimo relato. Me encantó. Andrea, muchas gracias por compartirnos tu historia.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar