Ilustración por Alejandra Aranda Castro.
A pesar de todo lo que conlleva el convertirme en una mujer expatriada con sus altos, bajos y trámites varios, siento que criar a mi hija en el extranjero ha sido la mejor decisión que tomé por el futuro de ella, ya que las oportunidades que tendrá serán bastante amplias. Sobre todo, porque al hablar más de un idioma, el mundo se abrirá ante sus ojos y su mente.
En nuestra familia hablamos 3 idiomas, pero nuestro viaje en el bilingüismo comenzó cuando la primera palabra de nuestra hija a los 6 meses fue “Daddy”. Ahí nos miramos con mi esposo alemán y nos dijimos al mismo tiempo: “debemos empezar a hablarle cada uno en nuestro idioma porque el inglés será siempre parte de la casa”.
Al principio pensaba… ¿será que podré mantener mi idioma con ella mientras a su alrededor todos le hablan en alemán?. Esta inquietud me motivó a buscar un grupo de juegos privado, con la intención de que al menos le hablarán inglés. Grata fue mi sorpresa al conocer a una chica (que con el tiempo se convirtió en una de mis mejores amigas en Austria) quien me comentó que trabajaba con un grupo de niños, en un establecimiento donde la dueña era latina, y la mayoría de las profesoras eran de distintas partes de Latinoamérica.
Recuerdo que sólo había cupo para la tarde y lo tomé a pesar de encontrarlo un poco caro. Tal vez pensarás que fue una decisión un poco absurda ya que en Austria, la educación estatal es gratuita y podría haberla inscrito en alguno de esos colegios, pero tal como ya te había contado en otro escrito, yo llegué a Austria con mi hija de 3 semanas, por lo que no pude aplicar al establecimiento que correspondía a mi distrito (comuna), porque ni siquiera sabía dónde iba a vivir en los próximos meses.
Después con el tiempo comprendí que en Austria las cosas no se hacen así tan improvisadas, la gente planea todo con anticipación como por ejemplo: casarse, comprar casa, tener hijos y mientras están en el vientre materno, se inicia la búsqueda de colegio estatal dentro de la comuna en la que vives.
Pero no me arrepentí de inscribir a mi hija en ese grupo de juegos internacional, ya que la calidad humana, la posibilidad de que ella pudiera estar con niños y niñas de habla hispana y por sobre todo el cariño de las cuidadoras, pues no tenía precio.

Pero no me arrepentí de inscribir a mi hija en ese grupo de juegos internacional, ya que la calidad humana, la posibilidad de que ella pudiera estar con niños y niñas de habla hispana y por sobre todo el cariño de las cuidadoras, pues no tenía precio.
Afortunadamente tengo varias amigas con las que compartir mi experiencia de crianza bilingüe, algunas de ellas me dicen: “mi hijo me responde en alemán por más que le hablo en español”. Tengo la fortuna de que con mi pequeña no me suceda eso, ya que ella vivió 6 meses en Chile cuando tenía 2 años y medio, eso ayudó un montón a que su español progresara. Aunque sea una regla un poco severa, cuando me habla en alemán le respondo: “lo siento pero yo sólo hablo español”, yo le explico que es nuestro lenguaje secreto, y pues se lo toma mucho mejor.
Con mi marido también intentamos potenciar el aprendizaje del inglés, lenguaje en el que nos conocimos y siempre volvemos a hablar con mi esposo. A mi hija le gustan muchas canciones en inglés, y cuando nos escucha conversar hace bromas en inglés. Debo admitir que tengo mucha suerte, ya que ella es una persona muy interesada en los idiomas. Incluso cuando escucha a sus amigos que dicen palabras en portugues o francés, siempre me pregunta lo que significa y cómo se dice.
Poco a poco he ido investigando y aprendiendo más sobre la crianza bilingüe, incluso hace poco participé en un workshop en donde pude profundizar más en diversos conceptos, teorías y asuntos prácticos valiosos para aplicar en el día a día. Ese día hablé con varias madres primerizas que estaban muy preocupadas en potenciar el aprendizaje de su idioma con sus hijos; y pues me sentí feliz de aportarles con lo que hago en casa, y decir orgullosamente que mi pequeña de 5 años ya puede hablar tres idiomas.
A modo de consejo me gustaría decirle a las mamás que están interesadas en que sus hijos e hijas hablen español, pues que inviertan en libros, que busquen juegos apropiados a la edad de los pequeños, que escuchen siempre música en español y que nunca les dejen de hablar en su lengua materna. Nosotros por ejemplo día por medio nos turnamos quien hace dormir a nuestra hija, y cada uno le lee un cuento en su idioma. También cuando estamos en casa cada uno habla con ella en su lengua materna, ella está acostumbrada y cambia de idioma de manera inconsciente con nosotros.
Sé que cuando mi hija sea adolescente y luego adulta, tendrá una gran gama de posibles trabajos a los que podrá acceder sólo por el hecho de hablar más de un idioma, además sé que siempre podrá viajar para conocer otras culturas y que le será fácil poder comunicarse con otras personas, porque con los tres idiomas que ya maneja, se sentirá muy segura al viajar. Y lo más importante de todo para mí, es que no necesitará ir a cursos de idioma como la mamá, que estudió inglés en la universidad y ahora estudia alemán eternamente.

4 Comentarios. Dejar nuevo
Muchas felicidades Andrea y también para tu pequeña, qué orgullo que a sus cinco años ya hable tres idiomas! Tienes razón, a mí eso también me hace mucha ilusión con mis hijas y sé que sí o sí son ventajas que ellas tendrán para su futuro. Saludos!
Hola Abril, muchas gracias por tu comentario.
Te enviamos un fuerte abrazo.
Muchas felicidades Andrea y también para tu pequeña, qué orgullo que a sus cinco años ya hable tres idiomas! Tienes razón, a mí eso también me hace mucha ilusión con mis hijas y sé que sí o sí son ventajas que ellas tendrán para su futuro. Saludos!
Hola Abril, muchas gracias por tu comentario.
Te enviamos un fuerte abrazo.